De repente, sabes que tienes que cambiar, pero piensas que las circunstancias no son favorables, la gente no te apoya, te juzga y cuando intentas ser diferente, ellos piensan que estás queriendo algo, o peor aún, que estás fingiendo.
Así que decidiste que no vale la pena, ¿para qué cambiar si todo el mundo ya tiene una imagen formada sobre ti, hasta tú misma ya te has acostumbrado a ser como eres, te has aceptado con todas tus manías y defectos, a pesar de saber que puedes ser mucho mejor.
Amiga, no esperes por nadie, hazlo por ti misma, para agradar a Dios.
Aunque los que te rodean no creen que puedas cambiar, demuéstrales lo contrario.
Sin embargo, para cambiar realmente tienes que estar insatisfecha contigo misma, de lo contrario vas a tratar de modificar algunas cosas en tu carácter o tu forma de ser, y este cambio será temporal, tal vez ya te ha pasado, que has mejorado por un tiempo y luego regresas a lo que eras antes.
No puede ser así, debe ser algo definitivo, tú puedes, el primer paso es reconocer y luego manos a la obra.